domingo, 16 de noviembre de 2008

TEMA 6. LA ESPAÑA DEL SIGLO XVI

TEMA 6. LA ESPAÑA DEL SIGLO XVI

1. El Imperio de Carlos V: conflictos internos. Comunidades y Germanías.


Al morir su abuelo materno, Fernando, en 1516, Carlos de Habsburgo, que ya había heredado los territorios de Borgoña de su abuela paterna, se hizo coronar Rey de Castilla y Aragón e inició viaje a la península. El nuevo monarca no conocía el castellano y vino acompañado de consejeros flamencos que ocuparon los más importantes puestos en la Corte y la Iglesia.
La herencia materna estaba formada por la Corona de Aragón, Navarra, Castilla, las posesiones italianas y norteafricanas y las Indias. La herencia paterna correspondía a los Países Bajos y el Franco Condado. A partir de 1519 habría que unir el sur de la actual Alemania, Austria, el Tirol y los derechos a la Corona Imperial por la que es de sobra conocido (Carlos V).Entre sus territorios hay que destacar la importancia de Castilla ya que los principales impuestos y materiales que recibía procedían de allí y de sus posesiones en América. Por eso Carlos V convirtió a Castilla en el centro de su política; incluso se casó con Isabel de Portugal para poder llegar a obtener Portugal en un futuro y su heredero, Felipe II, nació y se crió en Castilla. Una vez coronado, Carlos I convocó Cortes para que votaran nuevos impuestos. La reacción fue inmediata en Castilla, las protestas le recordaban al rey su obligación de residir en el reino y de respetar las leyes del reino. Similares protestas surgirán en Aragón ante la demanda de nuevos impuestos.Las Comunidades de CastillaDescontento creciente devino en la sublevación de las Comunidades de Castilla, o de los Comuneros. La mayor parte de las ciudades de la zona central del reino (Segovia, Toledo, Salamanca…) se revelaron contra la autoridad del monarca.
Las causas de la rebelión son complejas:
Aristocracia castellana veía como una humillación que el rey hubiera entregado la administración del reino a consejeros flamencos y hubiera dejado a Adriano de Utrecht como gobernador del reino en su ausencia.
Carlos había empleado el dinero de los nuevos impuestos en conseguir la elección como Emperador alemán
Carlos había desdeñado el requerimiento de que aprendiera castellano y respetara las leyes del reino
La burguesía urbana temía que se volviera a la tradicional política de exportar la lana en bruto a Flandes lo que iría en detrimento de la artesanía textil castellana
Al salir Carlos de Castilla, la revuelta estalló en Toledo y pronto se extendió a otras ciudades. Las autoridades reales fueron depuestas y sustituidas por nuevos regidores comuneros.
Tras el incendio de Medina del Campo por las tropas del rey, la insurrección se generalizóLos Comuneros crearon la Santa Junta en Tordesillas, gobierno rebelde, que exigió la retirada de los impuestos (servicios) aprobados en Cortes, el respeto a las leyes del reino y la marcha de los consejeros flamencos.
Los Comuneros intentaron sin éxito convencer a doña Juana, recluida en un castillo de Tordesillas, a que se pusiera al frente de la rebelión y apoyara a las Comunidades.
La rebelión propició el desorden social y hubo rebeliones antiseñoriales en algunas zonas. La nobleza empezó a alejarse de los comuneros.
Las disensiones internas y la radicalización antiseñorial del movimiento debilitó a los Comunidades. Tras la derrota de las tropas comuneras en Villalar en 1521, todas las ciudades abandonaron el movimiento, excepto Toledo que fue finalmente dominado en 1522. Los dirigentes comuneros Padilla, Bravo y Maldonado fueron ejecutados. La derrota comunera significa el inicio del absolutismo en Castilla y el reforzamiento del poder del rey.Las GermaníasLas causas del movimiento las encontramos en la crisis económica y las epidemias que se abatieron sobre el reino de Valencia, a lo que se vino a unir el descontento social en entre los artesanos y los pequeños comerciantes enfrentados con la oligarquía urbana (grandes comerciantes) y la nobleza.
La rebelión de las clases populares, la Germanía, se inició en la ciudad de Valencia en 1520 aprovechando que la nobleza había huido de la ciudad por la peste. Pronto la revuelta se extendió hacia el sur del reino.
Los agermanats también atacaron a los moriscos, a los que, además del odio religioso, acusaban de ser sumisos a la nobleza y a la Corona.
Aunque Carlos V reaccionó lentamente,Valencia no era tan importante como Castilla para el poder en sus reinos, finalmente ordenó al Virrey que reprimiera el conflicto. El conflicto degeneró en un enfrentamiento directo entre agermanats y la nobleza valenciana. Finalmente la rebelión fue reprimida en 1522.
Hubo otra Germanía en Baleares que fue fácilmente sofocada.

- Política exterior:

La política que seguía era la de mantener a toda costa la herencia recibida. Para ello tuvo que recurrir, de forma constante, a la guerra, con tres enemigos claramente diferenciados: los sultanes turcos, Francia y los príncipes protestantes alemanes.
Desde la perspectiva de los intereses de Castilla y Aragón, la defensa del Mediterráneo occidental frente a los turcos era prioritaria. Sin embargo Carlos V dio preferencias a la hegemonía en Europa, emprendiendo para ello guerras en todo el continente pero también de una estupenda red de embajadores y un poderoso ejército que ya había combatido en Italia. Habría que sumar el aumento de los mercenarios que compró para integrar los tercios.
La financiación venía del oro, y sobretodo la plata, de América, que empezaron a llegar a partir de 1530.
Las guerras con Francia.

El gran rival de Carlos V fue Francia, sobretodo su rey Francisco I. Francia dificultaba el acceso a los Países Bajos y a Italia. Esto más las apetencias por dichos territorios provocaron numerosas guerras, concretamente 6, entre 1521 y 1559 (la última en tiempos de Felipe II) y por parte de Francia los reyes eran Carlos V y Enrique II. De entre los escenarios destacaban Italia, Francia, Franco Condado, Pirineos y el Franco Condado.
Las consecuencias de las Guerras contra Francia fueron las siguientes:
-Conquistas territoriales en Italia: Carlos V se apoderó del ducado de Milán y Felipe II de presidios de Toscana. El dominio del Norte de Italia era una prioridad para Carlos V porque así comunicaba por tierra todas las áreas de su Imperio y podría controlas Génova. Además podría presionar al papado ya que estos oscilaban entre apoyar a España y a Francia. Tras el Tratado de Cateau-Cambresis (1559) el dominio de los Habsburgo en Italia era claro.
- Aumento del prestigio militar. Célebres victorias de España sobre Francia como Pavía (1525), Sacco di Roma (1527) o San Quintín (1557).
-Ruina financiera: a partir de 1540 empezaron las sucesivas crisis económicas debido a las continuas guerras. La mayorías de las treguas se firmaron por este motivo. Felipe II heredó una gran deuda.

Guerra contra los turcos.

Bajo el sultán Solimán el Magnífico (1520-1566) el Imperio Otomano tuvo su momento de esplendor y amenazaba los intereses de Carlos V en dos frentes:
-Europa Oriental: ocuparon Belgrado, Hungría y sitiaron Viena en 1529.
-Mediterráneo: se apoderaron de la Isla de Rodas. Apoyaron la piratería del Mediterráneo con base en Argel.
No era la gran prioridad de Carlos V la lucha con el Imperio turco y delegó en su hermano Fernando para ocuparse el de los problemas alemanes y con Francia.

La guerra con Alemania.

El principal problema fue el difusionismo del protestantismo por el norte de Europa debido a la extensión de la Reforma por Martín Lutero y algunos príncipes alemanes que, con el desmantelamiento de la Iglesia católica veían un medio de aumentar sus posesiones y rentas independizándose más del emperador. Carlos V se mostró partidario de buscar un acuerdo con los protestantes para evitar un enfrentamiento armado ya que tenía varios frentes ya abiertos. Para ello y a pesar de la formación de la Liga Esmalcalda (protestantes) se empezó a celebrar un concilio de reconciliación, el Concilio de Trento (1545-1563) que no sirvió para eso sino para reformar la Iglesia Católica (Contrarreforma). La única salida fue la guerra y en 1547 Carlos V vencía a los príncipes protestantes en la Batalla de Muhlberg pero no sirvió para conseguir la unidad religiosa; es más, tras la Paz de Augsburgo (1555) se quedó establecida la libertad de culto en los principados.

2. La Monarquía hispánica de Felipe II.

Felipe II fue hijo del emperador Carlos V y de Isabel de Portugal. Desde muy joven fue preparado para desempeñar su cargo de rey, ya que había sido regente de los dominios peninsulares de su padre en su ausencia, rey consorte de Inglaterra y soberano de los Países Bajos. Heredó de su padre dos objetivos políticos: la lucha por la hegemonía de Europa y la defensa a ultranza de los territorios que formaban su patrimonio. A todo ello hay que añadir que se convirtió en la principal defensa del catolicismo en Europa.
Destacamos condiciones diferentes al reinado de su padre:
-Una corte establecida por el rey en un lugar fijo. Madrid (1561) será la corte y por tanto se vinculará con Castilla. Se rechazó Toledo por la importancia de las Cortes en dicha ciudad más la circunstancia en que el Arzobispo primado de España es el de Toledo. No obstante la residencia oficial era San Lorenzo del Escorial y Madrid no era Corte nacional sino Imperial. Felipe II gobernó sus dominios a distancia, a contrario que su padre.
-Hispanización de la política: todas las decisiones eran adoptadas por un rey castellano y asistido por consejeros españoles. Los intereses de Castilla tuvieron un gran peso por tanto.
-Se sustituye la política universal por la confesional. Felipe II aspiraba a ser el líder de los católicos. Impulsó la Contrarreforma y destacamos los Autos sacramentales de Valladolid.
-Reactivación de las rebeliones en el interior peninsular. Es debido al aumento del autoritarismo político y religioso de Felipe II. Eso sí, fue muy respetuoso con las instituciones de sus reinos.Tras la abdicación de Carlos I en 1556 gobernó el imperio integrado por los reinos y territorios de Castilla, Aragón, Navarra, el Franco-Condado, los Países Bajos, Sicilia, Cerdeña, Milán, Nápoles, Orán, Túnez, toda la América descubierta y Filipinas. A estos vastos territorios se le unió Portugal y su imperio afroasiático en 1580. Con Felipe II (1556-1598) la hegemonía española llega a su apogeo.
Carlos I había cedido en su abdicación a su hermano Fernando el Imperio Alemán y las posesiones de los Habsburgo en Austria. En adelante, dos ramas de la misma dinastía gobernarán en Madrid y Viena.Tras viajar por Italia, los Países Bajos. Felipe II se asentó en la nueva capital, Madrid, desde donde gobernó con plena dedicación su enorme imperio. A diferencia de lo que ocurrió con su padre Carlos I, con Felipe II el centro de gravedad del Imperio se asentó en la península, especialmente en Castilla. Los principales problemas internos del reinado de Felipe II fueron la muerte en 1568 del príncipe heredero Carlos, que había sido arrestado debido a sus contactos con los miembros de una presunta conjura sucesoria promovida por parte de la nobleza contra Felipe y la poderosa figura de su secretario Antonio Pérez, quien finalmente fue destituido y acusado de corrupción. Huyó del país y se convirtió en un activo propagandista contra Felipe II. Apoyado por los enemigos exteriores del rey, fue un elemento clave en la formación de la "Leyenda Negra".Sus sucesivos matrimonios fueron parte importante de su política exterior. Se casó por con María de Portugal en 1543 y, tras su muerte, con María I Tudor, reina de Inglaterra, en 1554. La pronta muerte de la reina que trajo de volver al catolicismo en la isla, llevó a que Felipe se casara con la francesa Isabel de Valois en 1559. Al quedarse nuevamente viudo y sin herederos varones, se casó por cuarta vez, en 1570, con su sobrina Ana de Austria, madre del sucesor al trono español, Felipe III.La idea de la unidad religiosa marcó la política de Felipe II. No dudó en intervernir ante la amenaza de las incursiones berberiscas y turcas en las costas mediterráneas. Felipe II obtuvo una gran victoria, aunque no la definitiva, en la batalla de Lepanto en 1571. En el interior peninsular el monarca reprimió duramente las sublevaciones moriscas como, por ejemplo, en las Alpujarras granadinas.En Europa se enfrentó con Francia por el control de Italia (Nápoles y el Milanesado). La paz en Cateau-Cambrésis en 1559 fue favorable a los intereses españoles en la península italiana.Tras la muerte de su esposa María Tudor, las relaciones se hicieron cada vez más hostiles con Inglaterra, que apoyaba a los rebeldes protestantes en los Países Bajos. El intento de invadir la isla en 1588 con la Armada Invencible acabó con un gran fracaso que inició el declive del poder naval español en el Atlántico.Felipe II no pudo acabar tampoco con el conflicto político (mayor autonomía) y religioso (revuelta calvinista) generado en los Países Bajos. Ninguno de los sucesivos gobernadores pudieron impedir que la rebelión se asentara y llevara finalmente en el siglo XVII a la independencia de las Provincias Unidas (actuales Países Bajos)Uno de sus mayores triunfos fue conseguir la unidad ibérica con la anexión de Portugal y sus dominios, al hacer valer sus derechos sucesorios en 1581 en las Cortes de Tomar, tras morir sin descendencia el rey portugués Sebastián.

Sublevaciones en Granada y Aragón

La rebelión peninsular más importante en épocas de Felipe II fue la de los moriscos de Granada, conocida como Sublevación o Guerra de las Alpujarras (1568-1570). El problema no era sólo religioso sino también social ya que podían ayudar a los piratas berberiscos del Mediterráneos en sus incursiones. La rebelión vino por la prohibición de Felipe II de usar lengua árabe, apellidos y vestimentas árabes. Fue sofocada por Don Juan de Austria. A los supervivientes se les deportó o repartió por Castilla.
Otra rebelión fue la de Aragón entre 1590-1592. Vino porque Felipe II pretendía nombrar virrey de Aragón a un castellano. A esto se sumó la huída a Aragón del secretario real Antonio Pérez (aragonés) donde no se le podía aplicar las justicia real por los fueros aragoneses. El rey recurrió a la Inquisición que le acusó de hereje. Pudo huir tras el Motín de Zaragoza aunque se castigó a sus partidarios.

Política internacional de Felipe II

A. Mediterráneo

Durante los primeros 20 años de reinado su prioridad fue la defensa del Mediterráneo occidental frente a turcos y berberiscos. Tras la conquista de Chipre por los turcos buscó aliados y se formó la Santa Alianza con el Papado y la República de Venecia. Estaba al mando de Juan de Austria y vencieron a los turcos en la Batalla de Lepanto (1571).

B. Países Bajos.

Fue el mayor problema con el que tuvo que enfrentarse Felipe II. Conflicto que duró desde 1568 hasta 1648. Supuso una inútil sangría de hombres, dinero y prestigio para los Habsburgo. Las protestas empezaron por la política represiva que seguía a los calvinistas y por el fuerte autoritarismo real en un territorio bastante autonómico y peculiar. Los dirigentes de la rebelión eran Lamonal, conde Egmont y Guillermo de Orange; eran de la alta nobleza. También los Estados Generales apoyaron la rebelión.
El rey, ante los primeros focos de rebelión, envió al Duque de alba (Fernando Álvarez de Toledo) para acabar con la oposición política y religiosa. Realizó una represión sangrienta con los tercios de Flandes pero pudo escapar Guillermo de Orange. Hubo una separación entre la zona calvinista y rebelde (que más tarde se conocería como Holanda y Zelanda) y la zona sur (que era la zona flamenca y borgoñona). Los siguientes gobernadores fueron Don Juan de Austria, Juan de Requesens y Alejandro Farnesio.
Los motivos del fracaso eran:
-La carencia de una flota de guerra en el Atlántico para someter a Holanda.
-La imposibilidad del bloqueo económico.
-La derrota en la guerra de la propaganda. Comienzo de la “Leyenda Negra” por el difusionismo de la imprenta.
-Las dificultades financieras del rey, que retrasaban la llegada de dinero y tropas. Motines de los mercenarios.

En 1578 estaba Alejandro Farnesio como gobernados y se logró una división estable entre las provincias católicas del Sur, Flandes, y las Provincias Unidas que eran calvinistas. También se establecieron la Unión de Arras, nobleza católica, frente la Unión de Utrecht, formada por la burguesía calvinista independiente de la monarquía hispánica.
En 1598 la soberanía de los Países Bajos fue para la hija de Felipe II, Isabel Clara Eugenia.

La guerra con Inglaterra.

Fue por motivos religiosos (anglicanismo, muerte de la reina católica escocesa María); económicos (piratería inglesa a los barcos españoles que volvían de América) y políticos (ayudas a los rebeldes de los Países Bajos).
Esto fue el motivo que llevó a Felipe II a construir una inmensa armada. Con la unión con Portugal aprovechó el Puerto de Lisboa para construir la flota que llevará D. Luis de Haro en 1588. La idea era ir a los Países Bajos y recoger a los tercios de Flandes para que desembarcaran luego en Inglaterra. Pero la descoordinación, las terribles tormentas del Mar del Norte en el Canal de la Mancha y el buen hacer de los barcos ingleses consiguieron repeler el ataque de la que llamaron irónicamente “Armada Invencible”.


3. La España del siglo XVI: La unidad ibérica.


En 1578 moría el rey Sebastián I de Portugal en la batalla de Alcazarquivir. El rey carecía de descendencia y varios candidatos aspiraban al trono que detentaba la dinastía Avis.
Felipe II, rey de España y tío del fallecido y descendiente directo del rey Manuel I de Portugal por línea directa, reclamó sus derechos al trono.
Parte importante de la nobleza y los grandes comerciantes portugueses favorecía la pretensión española. La unión ibérica podía traer importantes beneficios políticos y económicos. Las clases populares portuguesas, sin embargo, no veían con buenos ojos la anexión a España.
Finalmente, Felipe II decidió la invasión de Portugal que encargó al Duque de Alba. Las tropas castellanas llegaron a Lisboa sin encontrar apenas resistencia.
Finalmente las Cortes portuguesas reunidas en Tomar proclamaron rey a Felipe II en 1581. El que sería conocido como Felipe I de Portugal permaneció tres años en Lisboa.
Para conseguir la anexión, Felipe se comprometió a mantener y respetar los fueros, costumbres y privilegios de los portugueses. También se comprometió a mantener en sus cargos a todos los funcionarios de la administración central y local. También se comprometió a mantener a todos los efectivos de las guarniciones y armadas que controlaban el imperio portugués.
Se creó un Consejo de Portugal y se suprimieron las aduanas con Castilla.
La anexión significó la unión de dos enormes imperios. Las posesiones portuguesas en Brasil, África y Asia pasaron al Imperio de Felipe II. Un imperio “en donde nunca se ponía el sol”.


4. La España del siglo XVI: El modelo político de los Austrias.

Los Habsburgo o Austrias continuaron y desarrollaron la organización política heredada de los Reyes Católicos. Procuraron rodearse de letrados, funcionarios expertos en leyes que no pertenecía a la alta nobleza. De esta manera, apartaron a la aristocracia del poder de la Corte, permitiendo que el poder político quedara centralizado en las manos de los monarcas.
La alta nobleza siguió jugando un papel muy importante, detentaba los altos cargos del ejército, de la marina y de la diplomacia, pero siempre subordinada a la corona.
Castilla se convirtió en el centro del Imperio. Esto ocurrió en mayor medida con Felipe II que con su padre, Carlos V. En los demás reinos y posesiones se establecieron Virreyes (Aragón, Indias, Italia) o Gobernadores (Países Bajos, Milán). Estos cargos fueron ejercidos por altos nobles o miembros de la familia real.
El Rey estaba asesorado por los Consejos (sistema polisinodial). Estos podían ser sectoriales (Hacienda…) o territoriales (Castilla, Aragón, Indias, Italia…). Estaban formados por letrados, nobles y alto clero y tenían un carácter meramente consultivo. El Rey tenía la última palabra.Carlos V y Felipe II despacharon los asuntos cotidianamente con consejeros de su máxima confianza, los Secretarios, que hacían de intermediarios entre el rey y los Consejos. Algunos, como Antonio Pérez con Felipe II, alcanzaron una gran influencia.
La administración territorial mantuvo la estructura heredada de los Reyes Católicos. Los Corregidores, designados por la corona, tenían el control de las ciudades. Otros cargos de la burocracia eran los Contadores y recaudadores de impuestos, y los Alguaciles que hacían funciones de policía.Las Chancillerías y las Audiencias se encargaron de la administración de justicia.En 1561, Felipe II fijó la capital en Madrid. Diversos factores explican esta decisión: La situación central de la ciudad en la península o las ventajas ambientales (agua, caza…). Esta decisión provocó el rápido crecimiento de la Villa y Corte, a la vez que la decadencia de ciudades como Valladolid o Toledo, que eran anteriormente frecuentemente la sede de la Corte.

*************AMPLIACIÓN*************************************

INSTITUCIONES

El gobierno de Castilla, Navarra y la Corona de Aragón siguió el modelo heredado de los Reyes Católicos. A partir de la 2ª mitad del siglo XVI los reyes de la Casa de Austria se hicieron sedentarios y se rodearon de una Administración que encarnaba la omnipresencia del rey, se superponía a las instituciones de cada reino. Hicieron más complejas las instituciones creadas por los RR:CC con el incremento de la burocracia. Las características eran:
-Consolidación del sistema de gobiernos por consejos. Destacaba el Consejo de Estado con jurisdicción sobre todos los reinos.
-Aumentó el poder de los secretarios del rey. Eran los encargados de informar al monarca de las deliberaciones y decisiones de los consejos. Los más importantes fueron Secretarios de Estado y su poder radicaba en que despachaban con el rey. Destacaron en época de Felipe II las Juntas, coordinaban tareas de gobierno e integradas por miembros de la baja nobleza.
-Se mantuvo la delegación de poder en virreyes y gobernadores en los territorios en que el soberano iba a faltar mucho tiempo. Generalmente eran miembros de confianza del monarca.

FINANCIACIÓN

Los Austrias dispusieron de unos ingresos que crecieron notablemente pero que no cubrían los enormes gastos, en particular los militares. Estos ingresos procedían de los impuestos que pagaba Castilla (alcabala) complementados con las rentas abonadas por las Órdenes Militares y los subsidios de las Cortes. Otra aportación importante eran los ingresos de las Indias. La Nobleza no pagaba impuestos aunque si la Iglesia (subsidio, excusado, tercias reales, Bula de Cruzada). En 1590, tras el desastre de la Gran Armada se impuso un nuevo impuesto: “millones” que agravaba sobre los productos de primera necesidad. Otro impuesto era el almojarifazgo (derecho de entradas de mercancías, aduanas).Destacamos también la venta de cargos públicos.
La diferencia entre gastos e ingresos endeudó a la Corona y la llevó a la quiebra en varias ocasiones obligando a los monarcas a recurrir al crédito y préstamo, sobretodo de la ciudad de Amberes y a cambio la monarquía entregaba títulos de deuda con altos intereses.
Años destacados de bancarrotas: 1557, 1560, 1575 y 1596.


5. La España del siglo XVI: El gobierno y la administración de América.

Según avanzaba la conquista, los españoles fueron creando ciudades habitadas por colonos y desarrollando una administración. En las ciudades se creó un Cabildo (municipio), con un concejo (asamblea de los colonos) gobernado por un Alcalde Mayor.Desde 1502, la Corona fue estableciendo Gobernadores, que desde las Antillas fueron enviando las expediciones de conquista al continente.En 1524, se estableció en la Corte el Consejo de Indias, encargado de todos los asuntos referidos a América.Una vez concluida la conquista, América se dividió en dos grandes virreinatos: Nueva España (México) y Perú.
Los Virreyes fueron la máxima autoridad en las Indias (designados entre los miembros de la gran nobleza o de la familia real). Su actuación estuvo sometida a inspección periódica, las visitas, aunque en la práctica gozaron de una enorme autonomía, propiciada por la enorme distancia entre España y América y los largos períodos sin comunicación.
Por debajo de los virreyes estaban las Reales Audiencias, órgano administrativo y tribunal de justicia con jurisdicción sobre los distritos en los que se dividían los virreinatos.


6. El Renacimiento en España.

El arte del Renacimiento español tiene una evolución muy compleja. Durante el siglo XV y principios del XVI se aprecia una continuidad de las formas góticas en las que se van intercalando elementos renacentistas italianos. Este primer Renacimiento es el que se suele denominar estilo plateresco por su minuciosa y rica decoración que recuerda el trabajo de los orfebres y plateros.
A partir del primer tercio del siglo XVI se produce una transformación notable con el triunfo definitivo de las corrientes renacentistas, cuya mejor muestra es el Palacio de Carlos I construido dentro de la Alhambra de Granada.
A partir de mediados del siglo XVI se comienzan a apreciar influencias manieristas. El Greco es el gran ejemplo.
Algunas obras representativas son las siguientes:
Fachada de la Universidad de Salamanca.
Construida hacia 1529. Fachada-retablo con formas decorativas góticas enmarcada con elementos arquitectónicos renacentistas. Típico ejemplo del llamado arte plateresco, así denominado por su recargamiento decorativo que recuerda al trabajo de los plateros.
Patio del Palacio de Carlos V.
Iniciado por Pedro Machuca en 1527 en la Alhambra de Granada. Este palacio es la muestra del más puro estilo renacentista. Sorprende por el juego de las dos formas geométricas ideales de la arquitectura renacentista: el cuadrado (la planta) y el círculo (el patio interior) en los que se alternan los órdenes clásicos.
Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
Realizado por Juan de Herrera. En las proximidades de Madrid. Felipe II mandó construir este enorme conjunto arquitectónico, palacio, panteón, iglesia y monasterio de 206 metros de fachada y 161 de fondo, culminación del renacimiento español. Edificado entre 1563 y 1584. De una fría simetría clasicista y fachada austera, su estilo se conoce también como Escurialense o Herreriano.
La Virgen con el Niño.
Óleo sobre lienzo realizado por Luis de Morales, el Divino, en 1568. Museo del Prado (Madrid).
Entierro del Conde de Orgaz.
Realizado por El Greco entre 1586-1588. Se halla en la Iglesia de Santo Tomé en Toledo. Domenico Teotocópoulos fue conocido como El Greco o El Griego por su origen cretense. Los temas religiosos ocuparon la mayor parte de su pintura. En este extraordinario cuadro se contraponen la composición clasicista y los rasgos manieristas y esa extraña espiritualización de los personajes cuyas figuras se alargan

*********AMPLIACIÓN DEL RENACIMIENTO********************

ARTE

El inicio del Renacimiento en España se liga íntimamente al devenir histórico-político de la monarquía de los Reyes Católicos. Sus figuras son las primeras en salir de los planteamientos medievales que fijaban un esquema feudal de monarca débil sobre nobleza poderosa y levantisca. Los Reyes Católicos aúnan las fuerzas del incipiente estado y se alían con las principales familias de la nobleza para mantener su poder. Una de estas familias, los Mendoza, utiliza el nuevo estilo como distinción de su clan y, por extensión, de la protección de la monarquía. Poco a poco, la estética novedosa se introduce en el resto de la corte y el clero, mezclándose con estilos puramente ibéricos, como el arte nazarí del agónico reino de Granada, el Gótico exaltado y personal de la reina castellana, y las tendencias flamencas en la pintura oficial de la corte y la Iglesia. La asimilación de elementos dio lugar a una personal interpretación del Renacimiento ortodoxo, que se dio en llamar Plateresco. Asimismo, se importan artistas secundarios de Italia, se envían aprendices a los talleres italianos, se traen diseños, plantas arquitectónicas, libros y grabados, cuadros, etc., de los cuales se copian personajes, temas y composición. Carlos I es el rey que mejor se relaciona con el arte nuevo, paradójicamente llamado la manera antigua, puesto remite a la Antigüedad clásica. Su patrocinio directo logró algunas de las más bellas obras de nuestro especial y único estilo renacentista: el palacio de Carlos V en Granada, el mecenazgo sobre Covarrubias, sus encargos a Tiziano, que nunca accedió a trasladarse a España... Pintores de gran calidad fueron, lejos del núcleo cortesano, Pedro de Berruguete, Juan de Juanes, Paolo de San Leocadio, del que destacamos la delicada Virgen del Caballero de Montesa, Yáñez de la Almedina y Fernando de los Llanos. La pintura del Renacimiento español se lleva a cabo normalmente al óleo. Realiza interiores perfectamente sujetos a las reglas de la perspectiva, sin agolpamiento de los personajes. Las figuras son todas del mismo tamaño y anatómicamente correctas. Los colores y los sombreados se administran en gamas tonales, según las enseñanzas italianas. Para acentuar el estilo italiano es frecuente además añadir elementos directamente copiados de allí, como son los adornos a candelieri (cenefas de vegetales y cupiditos que rodean los marcos), o ruinas romanas en los paisajes, incluso en escenas de la vida de Cristo.

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